DESCUEBRE COMO SALVAR UNA VIDA DEL SUICIDIO
Sep 06, 2023Conoce los 7 indicadores de riesgo y aprende los factores protección
Por: Lcdo. José Efraín Rodríguez Agosto, MPsy, MBA - Psicólogo
Certificados:
- Prevención de suicidio en situaciones de desastre, UPR – Recinto de Ciencia Médicas
- Bienestar, Recuperación e Intervención- Problemas de salud mental severos, ASSMCA
- Clinical Practice Guide Line For PTSD – American Phychological Association (APA)
Según la Asociación Americana de Psiquiatría el suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la vida. Una persona que se suicida posea la intención de morir y causa su propia muerte. El suicidio es la 12ª causa de muerte en los Estados Unidos y la 2ª causa de muerte después de los accidentes en personas entre 10 y 34 años de edad. En 2021, 47,000 personas fallecieron por suicidio en los Estados Unidos, lo cual revela una crisis de la salud pública que ha aumentado 30% en 20 años. (1) En 2020, 4,571 personas de origen latino/hispano fallecieron a causa de suicidio, una cifra superior a las muertes por homicidio. Ese mismo año, 3 millones de jóvenes latinos/hispanos de entre 12 y 17 años dijeron haber pensado seriamente en el suicidio. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aproximadamente 1,2 millones de adultos, que incluyen 243,000 latinos/hispanos, intentan suicidarse cada año. Más de 1 en cada 5 personas que fallecieron por suicidio habían expresado su intención de suicidarse. Los hombres tienen un riesgo tres veces mayor de quitarse la vida en comparación con las mujeres. El uso de armas de fuego fue responsable de casi la mitad de los suicidios (Monica Taylor-Desir, M.D., M.P.H.- Member, APA Council on Communications, February 2023 – APA Grupo de Trabajo De Comunición en Español 2022).
Como Psicólogo, parte de mi trabajo es la prevención. He tenido que intervenir en las crisis de personas que en medio de una sesión evidencian autolesiones en los antebrazos, indicadores emocionales alterados y/o simplemente confiesan su intención de quitarse la vida debido a su alto grado de vulnerabilidad. Las personas que piensa en el suicidio lo contemplan como una alternativa para concluir con lo que ellos catalogan como sufrimiento. Las señales suelen ser sutiles o casi imperceptibles. Se debe prestar una atención especial a las expresiones que se conectan de forma directa con la perspectiva de los eventos, visión de la vida, y cambios súbitos en el patrón del comportamiento. Es de vital importancia distinguir entre la ideación de muerte y la planificación del suicidio, de eso dependerá que tipo de acciones se deben tomar para asegurar la vida del individuo. La ideación suicida pasiva ocurre cuando deseas estar muerto o poder morir, pero en realidad no tienes planes de suicidarte. La ideación suicida activa, por otro lado, no es solo pensar en ello, sino tener la intención de suicidarse, incluyendo la planificación de cómo hacerlo. Ambos casos deben tomarse en serio, de ser posible, prevenirlo con anticipación y no minimizar la situación o negarnos a verlas. A continuación, les proveo 7 indicadores que le ayudarán a identificar y responder a una situación así aun cuando la persona aparenta estabilidad o estar bajo tratamiento:
- Traumas
Las personas que han sufrido de algún tipo de abuso físico, psicológico y/o sexual, tiene más probabilidad de cultivar ideas suicidas.
- Desesperanza
La desesperanza es un estado donde ya no existe proyección hacia el futuro; la visión del mundo es catastrófica porque no se espera nada bueno, no se tiene propósito o la vida le falta sentido.
- Cambios de ánimo extremos
Luego de un largo período inmerso en sentimientos de tristeza profunda las personas pueden sufrir de cambios de ánimos extremos. Por ejemplo, no es una buena señal que la persona se presente exageradamente optimista, animada y tranquila sin tener una razón aparente.
- Expresiones verbales
Frases como: “mejor estaría muerto”, o “para qué vivir?” o diálogos relacionados a la muerte son señales por considerar. Otros comentarios pasan inadvertidos, como una conversación filosófica, analítica, reflexiva sobre la muerte, con el objetivo de validar sus conclusiones con los demás.
- Deshacerse de pertenencias
Es muy habitual que los individuos inicien un proceso de regalar artículos personales con significado especial para ellos. Esta conducta representa un desapego inusual que podría simbolizar que el individuo se prepara para desaparecer.
- Arreglar los asuntos
Algunas personas toman iniciativa en el cierre de asuntos pendientes o inconclusos. Este acto expresa un sentimiento de cierre de su ciclo de vida que incluye el cese de las interacciones con los demás.
- Aislamiento progresivo
En algunos casos, puede ser que la persona haya intentado hablar de su problema con aquellos en los que confiaba, pero no se le prestó el apoyo solicitado. Paulatinamente, el individuo procede a aislarse, aunque interactúe con más personas, no se conecta o vincula con ellos. La interacción es superficial, se aleja y elige la soledad.
Dentro de los factores de riesgo debemos prestar atención a la relación entre el uso disfuncional de la internet, la depresión y la conducta suicida. Las redes sociales se han convertido, para algunas personas, en la única fuente de contacto interpersonal. En un intento de manejar la soledad se busca la atención de otros. Algunos publican contenido personal que puede convertirse en motivo de burla, como por ejemplo los “Memes”. Por causa de las críticas surge la denigración, la cual puede escalar hasta el acoso, provocando un deterioro en la autoestima. Como consecuencia, en algunos casos, se pierde el valor personal y por la vida.
No podemos generalizar estas señales, no todos los suicidas actúan de la misma manera. La señal más evidente es ver a alguien que sufre continuadamente y no logra encontrar soluciones o alternativas para mitigar su dolor e insatisfacción. Usted tienes sospecha de que alguien se encuentra en ese estado, lo mejor es buscar orientación y saber a quién puede contactar para atender la situación. Si la persona ya ha intentado quitarse la vida previamente, o ha sido tratada por depresión u otros trastornos relacionados a la salud mental, el riesgo es mayor. Las personas después de haber vivido un gran fracaso o una pérdida afectiva importante también son foco de atención. No debemos ignorar a las familias y allegados que han perdido a un ser amado que se quitó la vida. En mi experiencia, los que interactuaban con la persona, les cuesta trabajo manejar los sentimientos de culpa, duelo, pérdida, coraje y dolor. Ellos también necesitan atención.
Existen factores de protección tanto a nivel personal como a nivel ambiental. Es esencial clarificar los mitos e identificar los factores de riesgo. Hablar sobre el suicido no lo hace más probable, todo lo contrario, aporta a tomar medidas preventivas. La integración al tratamiento psicológico, psiquiátrico, comunicación asertiva y mediación de los conflictos le brindará herramientas. Los sistemas de apoyo socioemocional como la familia, grupos de respaldo, amigos, mentores, una comunidad de fe, cultivar la espiritual, entre otros, son fundamentales para superar las crisis.
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